
El Govern y Aena pactan una ampliación sostenible del Aeropuerto de Barcelona


El Govern ha apostado siempre por alargar la pista para asumir más vuelos intercontinentales. Encara la presentación del futuro del aeropuerto de Barcelona con el apoyo de Foment y el rechazo de Comuns y CUP.
El Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat inicia su camino hacia una transformación histórica. Con el visto bueno conjunto del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible y la Generalitat de Catalunya, el proyecto de ampliación presentado por Aena ha recibido luz verde. La operación supone un punto de inflexión para el transporte aéreo español, con el objetivo de convertir El Prat en un hub intercontinental de primer nivel, sin renunciar a la protección ambiental del Delta del Llobregat. El Govern, que siempre ha defendido el alargamiento de la tercera pista para captar más vuelos de largo recorrido, presenta el plan con el respaldo de Foment y el rechazo de Comuns y la CUP.
El Govern acuerda con Aena una inversión de 3.200 millones
El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha explicado este martes cómo será el futuro del Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona – El Prat. La ampliación de la infraestructura aeroportuaria será una realidad en 2033 y tendrá un coste total de 3.200 millones de euros, que asumirá íntegramente Aena. La inversión se formaliza como parte del nuevo acuerdo alcanzado entre el Gobierno central, Aena y el Govern, y forma parte de un plan más amplio para situar Barcelona como un hub intercontinental clave en el sur de Europa.
El jefe del Ejecutivo catalán ha detallado que prevén tener listo el plan director en 2028, con el inicio de las obras programado para 2030. La solución técnica pasa por alargar 500 metros la tercera pista para atraer a las grandes aerolíneas y a sus aviones transoceánicos, lo que conllevará «una reforma integral y completa» de la infraestructura para tener un «aeropuerto del siglo XXI».
Desde la llegada del líder socialista a la Generalitat, siempre ha defendido la necesidad de mejorar el aeropuerto de Barcelona para convertir el espacio en «un hub intercontinental», eso sí, con una propuesta que «cumpla con el máximo rigor las medidas y compensaciones medioambientales». Según fuentes del Govern, la ampliación presentada este martes minimiza las afectaciones en el entorno del Delta del Llobregat —La Ricarda y El Remolar—, que sí se contemplaban en la alternativa inicial de Aena.
Además, Illa ha defendido que esta inversión responde no solo a necesidades operativas, sino también estratégicas: “Es una apuesta de país y de futuro”. En este sentido, ha subrayado que los 3.200 millones de euros acordados “no son solo para hormigón y pistas, sino también para movilidad sostenible, conexiones ferroviarias y renaturalización del delta”. La dotación incluye no solo la prolongación de la pista, sino también la remodelación de las terminales, la construcción de una nueva terminal satélite, y actuaciones ambientales y logísticas necesarias para cumplir con los estándares europeos de sostenibilidad y eficiencia.
Proyecto clave para el futuro del tráfico aéreo en el Mediterráneo occidental
La ampliación del aeropuerto de Barcelona no es solo una necesidad operativa. Es una cuestión estratégica. Actualmente, El Prat es el segundo aeropuerto con más tráfico en España y uno de los principales del sur de Europa. Sin embargo, su capacidad operativa está al límite. La solución planteada por Aena —la empresa aeroportuaria con mayor número de pasajeros a nivel mundial— busca garantizar el crecimiento de rutas intercontinentales y reducir la dependencia de Madrid como único hub global en territorio español.
El proyecto será incluido en el próximo ciclo regulatorio de Aena, el DORA 3 (2027–2031), y contempla una inversión aproximada de 3.200 millones de euros. Esta cantidad representa una de las mayores apuestas económicas en infraestructuras aeroportuarias en España en las últimas dos décadas.
Prolongación de la pista mar y nueva terminal satélite
El núcleo técnico de la ampliación reside en la prolongación de la pista 24L-06R (pista mar) en 500 metros, alcanzando un total de 3.160 metros. Esta ampliación permitirá operaciones sin restricciones de aeronaves de largo radio, especialmente aquellas que requieren carreras de despegue superiores por peso o distancia.
A esto se suma la construcción de una nueva terminal satélite, indispensable para asumir el incremento de operaciones sin congestionar las infraestructuras actuales. También se prevé la remodelación de las terminales T1 y T2, así como mejoras en los aparcamientos y zonas logísticas.
Lo más relevante desde el punto de vista técnico es que la ampliación respeta el entorno natural. A diferencia del plan descartado en 2021, la pista no tocará el cuerpo principal de la laguna de La Ricarda, lo que minimiza el impacto sobre uno de los ecosistemas más sensibles del delta.
Mitigación ambiental y medidas compensatorias
Uno de los mayores retos de este proyecto era compatibilizar el crecimiento con la preservación del entorno natural del Delta del Llobregat, un espacio protegido a nivel europeo. En esta ocasión, el plan contempla una reducción de 87 metros en la afección a La Ricarda respecto al diseño anterior.
Además, se pondrán en marcha acciones de compensación ecológica como:
- Recuperación de más de 270 hectáreas de hábitats naturales(lo que multiplica por 10 la superficie afectada).
- Creación de un anillo verde agroambientalpara integrar agricultura y sostenibilidad.
- Fondo ambiental específicopara preservar el Delta y reforzar la biodiversidad.
Estas medidas irán acompañadas de actuaciones como silvicultura, control de especies invasoras, instalación de cajas nido, y trabajos para evitar la salinización del agua subterránea. La compatibilidad entre expansión aeroportuaria y sostenibilidad se convierte así en el eje central del acuerdo.
Proyección internacional y descentralización del tráfico aéreo
La aprobación del proyecto también responde a una visión estratégica más amplia: descentralizar el tráfico aéreo intercontinental en España. En la práctica, esto permitiría:
- Consolidar rutas de largo radio desde Barcelona, especialmente hacia Asia y América Latina.
- Reducir el número de vuelos de conexión Madrid–Barcelona, lo que repercutiría positivamente en la huella de carbono.
- Fortalecer el papel de El Pratcomo punto de entrada y salida para turismo de alto valor añadido y empresas tecnológicas.
Esto tiene implicaciones tanto para las aerolíneas como para el modelo de conectividad nacional, apostando por una red más equilibrada y resiliente frente a futuras crisis.
Inversión con mirada de futuro
La ampliación del aeropuerto del Prat constituye una infraestructura crítica para el futuro de la movilidad aérea española y europea, diseñada bajo criterios técnicos, ambientales y estratégicos. El equilibrio alcanzado entre desarrollo y sostenibilidad demuestra que, con planificación y voluntad institucional, es posible impulsar grandes infraestructuras sin sacrificar el entorno.
La clave ahora estará en su ejecución transparente, con control público y diálogo técnico con todos los actores implicados, desde aerolíneas hasta asociaciones ecologistas.