¿Apuesta ganadora o riesgo innecesario? El dilema de Air Europa al continuar volando a Venezuela
Por Editorial VeN | 30 de Nov. de 2025
Mientras otras aerolíneas suspenden rutas debido a la advertencia de seguridad de EE.UU., Air Europa elige seguir operativa, lo que genera un debate sobre si prioriza la conectividad o expone a los pasajeros a peligros innecesarios.
En un panorama aéreo cada vez más incierto, Air Europa se destaca como la última aerolínea española que desafía la tendencia de cancelaciones de vuelos hacia Venezuela. La empresa del grupo Globalia ha confirmado su operación de tres vuelos semanales desde Madrid a Caracas, argumentando que sus protocolos de seguridad permiten continuar el servicio sin interrupciones inmediatas. Pero, ¿es esta postura una estrategia audaz o un error de cálculo en medio de crecientes tensiones geopolíticas?
La alerta de la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos, emitida el 21 de noviembre y vigente hasta febrero de 2026, ha desencadenado una serie de suspensiones. Se advierte sobre «maniobras militares no coordinadas» e «interferencias en sistemas GNSS«, riesgos que podrían afectar vuelos a cualquier altitud, incluyendo despegues, aterrizajes y sobrevuelos. Iberia, TAP, Avianca, LATAM, GOL y Turkish Airlines han detenido sus operaciones, dejando a Air Europa como la excepción ibérica junto a Plus Ultra.
Los argumentos a favor: Confianza en protocolos y beneficios comerciales
Desde la perspectiva de Air Europa, la decisión parece estar respaldada por una evaluación interna rigurosa. Fuentes de la aerolínea destacan que están «monitoreando la situación diariamente» en coordinación con la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA), aplicando medidas adicionales como rutas alternativas y sistemas de navegación redundantes. Esta confianza se alinea con la de otras aerolíneas persistentes como Copa Airlines y LASER, que priorizan la continuidad para no aislar aún más a Venezuela, un mercado con fuerte demanda de la diáspora venezolana en España.
Expertos como Mary Schiavo, exinspectora general del Departamento de Transporte de EE.UU., señalan que alertas como la de la FAA son «estándar en periodos de inestabilidad«, pero no siempre prohibitivas. «Los pilotos deben prestar atención, pero no implica un ataque inminente«. Comercialmente, mantener la ruta fortalece la lealtad de los clientes y evita pérdidas por reprogramaciones masivas, un factor clave en un sector donde la conectividad europea a Caracas ya es limitada.
Los riesgos en contra: Una apuesta que podría salir cara
Sin embargo, la balanza se inclina hacia el escepticismo entre analistas de aviación. La FAA no emite estas notificaciones (NOTAM) a la ligera: el aviso A0012/25 cubre todo el espacio aéreo venezolano, incluyendo el FIR de Maiquetía, y se basa en datos concretos de interferencias GNSS desde septiembre, que han afectado vuelos con «efectos persistentes«. Incidentes históricos, como el derribo del vuelo MH17 en 2014 por fuego antiaéreo, ilustran cómo errores en zonas de tensión militar pueden ser fatales.
Críticos, cuestionan la divergencia entre aerolíneas: «Mientras Iberia suspende por prudencia sindical, Air Europa asume umbrales de riesgo más altos, posiblemente por presiones comerciales«. En X, usuarios advierten que la decisión podría dañar la reputación de la compañía si ocurre un incidente, recordando que la FAA exige notificación previa de 72 horas a operadores estadounidenses, un precedente que podría extenderse. Además, problemas en tierra en Maiquetía —como la pista 10L/28R cerrada— y múltiples obras en el área de movimiento del aeropuerto, agravan el panorama, potencialmente exponiendo a pasajeros y tripulaciones a vulnerabilidades en tierra.
Para los viajeros, la incertidumbre es palpable: billetes emitidos se reprograman o reembolsan, pero la percepción de inseguridad podría disuadir reservas futuras.
¿Hacia dónde apunta el futuro?
La decisión de Air Europa podría ser acertada si las tensiones se desescalan diplomáticamente —como sugiere el presidente colombiano Petro con mediaciones qataríes—, preservando su rol como un salvavidas europeo. Sin embargo, si la FAA eleva el nivel o ocurre un incidente, el costo reputacional y legal sería inmenso. Por ahora, la compañía camina en una cuerda floja: valiente para unos, imprudente para otros.