Privatización de TAP: El Desafío de Recuperar 3.200 Millones y Garantizar su Futuro
El Gobierno portugués apuesta por una venta minoritaria de TAP para atraer inversores, mientras enfrenta presiones para devolver la inversión pública de la pandemia.
La privatización de TAP, la aerolínea nacional de Portugal, se ha convertido en un tema central en el debate político y económico del país. Con la aprobación de un decreto-ley que permite la venta de hasta el 49,9% de su capital, el Gobierno busca atraer inversores estratégicos para impulsar el crecimiento de la compañía, mientras enfrenta el desafío de recuperar los 3.200 millones de euros de fondos públicos inyectados durante la pandemia.
La Complejidad de Recuperar la Inversión Pública
Uno de los puntos más debatidos es la posibilidad de devolver los 3.200 millones de euros que el Estado destinó a TAP para su reestructuración. El Ministro de Finanzas, Miranda Sarmento, ha descrito esta meta como “una tarea difícil”, argumentando que cualquier valoración debe basarse en la realidad del mercado. Para contextualizar, comparó TAP con Air France-KLM, una aerolínea que, con seis veces más aviones y pasajeros, tiene un valor de mercado de 3.000 millones de euros. Según Sarmento, asumir que el 49,9% de TAP vale 3.200 millones implicaría una valoración total de 6.400 millones, algo que considera “irreal” dadas las diferencias operativas.
Un Modelo de Privatización Estratégica
El Gobierno ha diseñado un modelo de venta directa que cede hasta el 49,9% del capital de TAP, reservando un 5% para los trabajadores. Según el Ministro de Infraestructuras, Miguel Pinto Luz, este enfoque, inspirado en privatizaciones como las de EDP y Galp, busca “maximizar el valor del activo para el Estado” y preparar el terreno para una segunda fase de desinversión.
José Luís Carneiro defiende esta privatización minoritaria como una oportunidad para que TAP “crezca” y se abra a inversores internacionales, pero insiste en que Portugal debe conservar la mayoría accionarial para proteger objetivos estratégicos, como la conectividad y el empleo.
Miranda Sarmento destaca que la entrada de un socio estratégico podría revalorizar el 50,1% que seguirá en manos públicas, especialmente si TAP se integra en un grupo de aviación global y ejecuta un plan de expansión. Esta estrategia a largo plazo sugiere que, aunque la recuperación inmediata de los 3.200 millones es improbable, la participación estatal podría ganar valor en el futuro.
Activos en la Operación y Siguientes Pasos
La privatización incluye no solo a TAP, sino también activos clave como Portugália, la Unidad de Cuidados de Salud TAP, Cateringpor (51% propiedad de TAP) y la Sociedade Portuguesa de Handling (SPdH). Aún está por decidirse si los terrenos adyacentes al aeropuerto Humberto Delgado, conocidos como “reduto TAP”, formarán parte de la operación o se destinarán al proyecto “Parque Cidades do Tejo”.
El calendario para una segunda fase de privatización no está definido, pero el Gobierno ha confirmado que los inversores iniciales tendrán preferencia, lo que podría atraer a socios estratégicos interesados en el potencial a largo plazo de TAP.