Aena responde a las críticas del Ayuntamiento por el sinhogarismo en terminales


  • La gestión de personas sin hogar en Barajas alcanza nuevo capítulo tras réplica de Aena a las declaraciones del delegado municipal José Fernández

    En un comunicado emitido ayer, 14 de julio, Aena respondió a las recientes declaraciones del delegado municipal de Políticas Sociales, Familia e Igualdad, José Fernández, quien instó a la empresa pública a «estar a la altura» y crear una unidad de trabajo social en el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid‑Barajas para atender a las personas sin hogar que pernoctan en sus instalaciones.

    Aena matiza el rol que le corresponde

    El comunicado resalta la colaboración sincera con el Ayuntamiento para habilitar recursos habitacionales dignos, y confirma que Aena seguirá facilitando el acceso de trabajadores sociales de la administración local a los puntos de atención dentro del aeropuerto. Sin embargo, la nota subraya que Aena no es una institución social, sino un gestor aeroportuario, y por tanto carece de competencias directas en atención social.

    Así, Aena recuerda que los aeropuertos son infraestructuras diseñadas para transitar, no para habitar, y que los espacios municipales habilitados —como el centro Pinar de San José— son los adecuados para alojar a quienes duermen en Barajas.

    El fondo del conflicto: ¿qué papel le corresponde a cada actor?

    Desde mayo, Aena viene aplicando normas más restrictivas para limitar la entrada de personas sin ticket, especialmente durante la noche, y llegó a exigir formalmente al Ayuntamiento un recurso social, reforzando controles de acceso en franjas de baja actividad para evitar que se multiplique la presencia nocturna.

    En esta última comunicación, Aena insta a “dejar la demagogia” y recuerda que formalizó un convenio hace semanas para financiar iniciativas municipales. La empresa pública se compromete nuevamente a colaborar, pero marca claramente los límites de su competencia funcional.

    Ayuntamiento de Madrid: urgencia y voluntad de intervención

    Por su parte, el Ayuntamiento —después de habilitar un centro con 150 plazas en Pinar de San José— ha presentado un censo con más de 105 personas identificadasAena, a su vez, delegó en una entidad del Tercer Sector (Fresno) la elaboración de un censo individualizado.

    Aunque los espacios municipales están disponibles, la mayoría de las personas rechazan trasladarse, lo que el Ayuntamiento considera una barrera importante. La colaboración entre administraciones se presentó como fundamental, pero persisten las discrepancias sobre quién debe liderar la intervención directa.

    ¿Hay soluciones sobre la mesa?

    Ambas partes coinciden, en esencia, en un punto: la situación del sinhogarismo en el aeropuerto debe abordarse sumando esfuerzos. Aena aplica medidas técnicas de control de acceso y acceso limitado nocturno, mientras el Ayuntamiento gestiona recursos habitacionales y atención social, pero los flujos se interrumpen cuando la población no acepta la ayuda.

    La clave para avanzar parece pasar por consolidar las cadenas de intervención: reforzar la coordinación técnica (comisiones semanales, protocolos compartidos), acompañarla de una campaña de acercamiento y motivación efectiva, y trabajar juntos en políticas estructurales de inclusión y vivienda para abordar el problema de raíz.

    En contexto: una crisis que va más allá del aeropuerto

    No se trata de un caso aislado. El sinhogarismo en Barajas se ha multiplicado por diez desde 2014, alcanzando cifras cercanas a 400–500 personas cada noche en las terminales. Las instalaciones aeroportuarias no son aptas para pernoctar, la situación genera estrés entre trabajadores y necesita soluciones dignas.

    Además, otras infraestructuras como el aeropuerto de Málaga implementan medidas similares de acceso restringido nocturno para prevenir pernoctaciones. Aena cumple con su rol operativo y administrativo, mientras que las administraciones deben asumir el componente social y humano.

    Cultura colaborativa como llave

    El comunicado de Aena pone los puntos claros: la empresa está dispuesta a cooperar activamente, pero sin asumir roles que no le competen. Frente a ello, el Ayuntamiento debe consolidar sus esfuerzos, hacer una intervención social eficaz y asegurar que las personas acepten salir del aeropuerto.

    Una respuesta coordinada, más que un argumento político, puede transformar una situación crítica de Barajas en un ejemplo de colaboración institucional. Porque los aeropuertos deben seguir siendo espacios seguros y de tránsito, y la dignidad de las personas debe estar garantizada por quienes tienen la responsabilidad social.

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