Un Beech B200 medicalizado se estrella tras el despegue y provoca una enorme bola de fuego


Un vuelo rutinario a los Países Bajos termina en catástrofe segundos después del despegue. Los investigadores ya analizan las posibles causas de un accidente que ha sacudido al sector aéreo británico.

Hoy, 13 de julio de 2025, a las 15:55 hora local, el cielo sobre el Aeropuerto de Southend (Reino Unido) se tiñó de negro. Una pequeña aeronave ejecutiva Beechcraft B200, operada por la compañía holandesa Zeusch Aviationse estrelló momentos después de despegar rumbo a Lelystad, en los Países Bajos.

La aeronave apenas alcanzó los 175 pies de altitud antes de inclinarse bruscamente a la izquierda, descender en picado e impactar violentamente contra el terreno a pocos metros de la pista, generando una bola de fuego masiva visible desde varios kilómetros a la redonda. El avión había llegado esa misma mañana desde Pula (Croacia) como parte de su programación diaria, tras un vuelo previo desde Atenas.

Una aeronave medicalizada en plena operación

Ha trascendido que el Beech B200 accidentado estaba equipado con sistemas médicos de evacuación, y que Zeusch Aviation lo utilizaba regularmente para transportes sanitarios, vuelos de trasplante y evacuaciones médicas. La compañía, con base en los Países Bajos, también opera vuelos ejecutivos y cartográficos, pero su flota destaca especialmente por su capacidad de respuesta rápida en contextos sanitarios urgentes.

En este caso concreto, no se ha confirmado si el vuelo implicaba un traslado médico activo, es decir, si algún paciente viajaba a bordo. Tampoco se ha informado aún del número exacto de personas que iban en el avión, aunque testigos en tierra reportaron haber visto a los dos pilotos antes del despegue. La violencia del impacto y la explosión posterior hacen temer lo peor sobre su estado.

Los primeros testimonios describen una secuencia tan corta como devastadora. Varias familias que observaban desde terrazas y zonas de visualización cerca del aeropuerto, vieron cómo la aeronave, tras un carreteo sin aparentes incidentes, empezó a escorarse violentamente a la izquierda apenas segundos después de dejar el suelo. A los pocos metros de ascenso, el avión se invirtió parcialmente y cayó de morro contra el suelo, generando una gran explosión.

Un accidente con múltiples frentes abiertos

La autoridad británica de investigación de accidentes aéreos (AAIB) y la Essex Police trabajan ya con otras agencias para establecer las causas exactas del siniestro. Entre las hipótesis preliminares que se están considerando se encuentra una posible pérdida de potencia en uno o ambos motores, un problema relacionado con la distribución de carga o desequilibrio en el centro de gravedad, un fallo estructural o en los sistemas de control de vuelo, así como la posible influencia de condiciones meteorológicas, si bien los reportes iniciales indican que al momento del despegue se registraban condiciones visuales estándar.

El hecho de que la aeronave alcanzara solo una altitud mínima antes de detener su ascenso, según los datos de telemetría, podría apuntar a una falla crítica en fase de transición del vuelo.

La respuesta de los servicios de emergencia fue rápida y masiva. El East of England Ambulance Service desplegó cuatro ambulancias, unidades HART, paramédicos y un helicóptero medicalizado. El cuerpo de bomberos movilizó unidades desde Southend, Rayleigh, Basildon, Billericay y Chelmsford, dada la magnitud del incendio.

El incidente también provocó la cancelación inmediata de múltiples vuelos comerciales, entre ellos rutas de EasyJet a París, Faro, Alicante y Palma de Mallorca.

Southend, un aeropuerto con antecedentes

Este accidente recuerda trágicamente otro similar ocurrido en 1987, también en Southend, donde otro Beechcraft 200 se estrelló durante el despegue, causando la muerte del piloto. Aunque aquel suceso tuvo diferentes causas, la coincidencia del modelo y el escenario resucita interrogantes sobre procedimientos y operatividad en este tipo de pistas regionales.

¿Debe replantearse la seguridad en aeropuertos secundarios?

Southend, aunque con capacidad para vuelos comerciales, opera con infraestructura limitada, especialmente en cuanto a zonas de seguridad post-pista. La proximidad de clubes deportivos, áreas residenciales y puntos de observación civil refuerza el debate sobre zonas críticas de operación en entornos urbanos.

Mientras se espera el informe oficial, la comunidad aeronáutica europea sigue con atención cada actualización. Porque en aviación, cada siniestro encierra una lección que, correctamente aprendida, puede evitar la próxima tragedia.

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