
El heredero del 737 MAX ya está en marcha


Por Editorial VeN | 05 de Octubre de 2025
¿Es necesario un reemplazo urgente para competir con Airbus?
Pocas aeronaves han generado tanta conversación, debate y controversia como el Boeing 737 MAX. Convertido en protagonista de una de las etapas más difíciles de la aviación comercial reciente, este avión de pasillo único carga con el peso de incidentes que marcaron un antes y un después para la seguridad aérea. Sin embargo, pese a los golpes, el MAX ha seguido volando y ganando la confianza de aerolíneas y pasajeros. Hoy, con el anuncio de que Boeing ya trabaja en un reemplazo para este modelo, se abre una nueva página que invita a reflexionar sobre lo que ha significado el 737 MAX. y sobre lo que podría venir en la próxima década.
El avión que nunca dejó de volar en la memoria
El 737 MAX nació como la respuesta de Boeing a un mercado que pedía eficiencia de combustible y mejoras aerodinámicas frente a la creciente competencia del Airbus A320neo. Sus innovaciones, como los motores LEAP-1B y nuevas alas con winglets, buscaban garantizar ahorro y rendimiento. Sin embargo, las expectativas iniciales pronto se vieron empañadas por dos tragedias que desencadenaron la suspensión mundial de la flota. En 2018 y 2019, hubo dos accidentes mortales que involucraron aviones Boeing 737 Max 8, y en los que murieron 346 personas en Indonesia y Etiopía.
Aquellos accidentes pusieron el foco en el MCAS (Maneuvering Characteristics Augmentation System), un software diseñado para compensar cambios aerodinámicos, y que terminó por revelar carencias graves en la comunicación entre fabricante, reguladores y aerolíneas. Aun así, tras un prolongado proceso de revisión y rediseño, el MAX volvió a los cielos en 2020, con sistemas actualizados y una certificación más estricta.
Una aeronave marcada por la resiliencia
El regreso del 737 MAX no fue sencillo. La desconfianza se convirtió en un enemigo tan difícil de superar como las cuestiones técnicas. Muchos pasajeros, al leer la matrícula en la tarjeta de embarque, todavía dudaban en subirse. Y, sin embargo, con el paso de los meses y tras miles de vuelos completados sin incidentes graves, el avión ha demostrado que puede integrarse de nuevo en la rutina de la aviación comercial.
En este punto, la historia del MAX refleja algo casi entrañable: la capacidad de una máquina de sobreponerse a su propio pasado. Como ocurre con ciertas aeronaves legendarias, el tiempo termina moldeando su legado no solo desde los titulares de prensa, sino desde las experiencias cotidianas de quienes viajan a bordo.
Boeing ya piensa en el relevo
El anuncio de que Boeing trabaja en un nuevo avión de pasillo único que sustituya al 737 MAX no sorprende, pero sí genera expectativas. La industria especula con un modelo que podría incorporar un fuselaje más eficiente, materiales compuestos avanzados y motores de nueva generación. El horizonte temporal apunta hacia la próxima década, cuando se espera que la demanda global de aviones de medio radio supere las capacidades de los actuales MAX y A320neo.
Este posible sucesor no será solo una cuestión de tecnología, sino también de confianza. Boeing sabe que la narrativa alrededor de su próximo avión deberá alejarse de las sombras del pasado y enfocarse en una promesa de seguridad, sostenibilidad y eficiencia.
Un lugar en la historia que nadie podrá borrar
Por más que llegue un reemplazo, el 737 MAX ya tiene un sitio en la historia de la aviación. Será recordado tanto por sus momentos más oscuros como por su contribución a la evolución de la flota global. Hoy, miles de personas vuelan en un MAX sin reparar demasiado en ello, disfrutando del confort de cabina, del silencio de los motores y de la discreta eficacia de un avión que, en su día, fue visto con recelo.

De algún modo, el MAX representa la condición humana aplicada a la ingeniería: errar, aprender y seguir adelante. Y es en ese sentido donde su historia se vuelve entrañable, porque muestra cómo incluso una aeronave marcada por la polémica puede encontrar redención en el servicio diario.
El otro punto de vista: ¿un adiós necesario?
No faltan voces que consideran que el reemplazo del 737 MAX no es solo una oportunidad, sino una necesidad urgente.
La competencia con Airbus es feroz, y la confianza del mercado, aunque recuperada en buena medida, sigue siendo frágil. La industria demanda aviones que no solo sean eficientes, sino que también simbolicen una nueva etapa.
El MAX, con sus diferentes versiones (MAX 7, MAX 8, MAX 9 y MAX 10)
Si el próximo modelo logra integrar avances disruptivos en sostenibilidad, reducción de emisiones y autonomía operativa, no será simplemente el sucesor del MAX: podría marcar el inicio de una nueva generación de aviones de pasillo único.
El 737 MAX es, en cierto modo, una metáfora de la propia aviación: vulnerable, sometida a riesgos y escrutinio, pero también capaz de reinventarse y seguir adelante. Boeing ya mira hacia su próximo avión, pero el MAX permanecerá en servicio durante años, como un actor central de esta historia. Al final, más allá de cifras y contratos, lo que importa es lo aprendido: que la seguridad y la confianza son la única pista de despegue hacia el futuro.